6/1/08

palabras más, palabras ¿menos?

Tal vez porque me guste mas la acción y la palabra que el silencio en hora muerta es que comparto con otros-otros estas palabras que no son mías pero que perfectamente pueden haber sido pensadas desde esta onda encantada en este día guerrero del nuevo año mago lunar

La luna es mi botón de plata dorada, abollado y mal cosido sobre la negra camisa de la montaña. En la casa grande del calendario, mayo aparece como bisagra de la doble y húmeda hoja de agosto y septiembre. Tal vez es por eso que ahora el sol camina el día repartiendo sudores y sofocos, mientras en la noche la luna infla sus carrillos con el viento que duerme.

Allá abajo la vida es guerra, combate cotidiano en los múltiples callejones oscuros que pueblan la noche mexicana. Se combate al nacer, creciendo se combate, se ama y se muere combatiendo, y, sí, hasta la escritura es un combate. Vea si no: en aquella esquina del mundo que llaman "montañas del sudeste mexicano", la última de un siglo que parpadea sus agonías, palabras como cuchilladas nacen sobre el alto y mullido cojín de la Ceiba. Y esa Ceiba más que árbol parece central de correos: cartas van y vienen, casi tan frecuentes como las lluvias que lanzan tajos profundos en la piel del día o en el corazón de la noche. Vea, ahí va saliendo otra que es otras. Sí, esa carta es muchas cartas, es una carta-erizo. Siete espinas dobles hacen de piel lo que en el papel se duele. Las escriben muchos en la mano de uno y tienen de destinatarios otros muchos que son otros, distintos y diferentes. Filosas epístolas que señalan y advierten, no amenazan, apenas avisan que sigue la noche sin abrirse y, sin embargo, aún hay que andarla.

Así que, pareciendo que escribe, la mano afila palabras que hieran mas no lastimen, que señalen, que marquen, que sean agudas espinas, huellas que duelan.

Si una carta es muchas cartas no es por capricho numérico, es porque el mundo es muchos mundos, y muchos son también los olvidos que los ocultan. Lo Uno es trampa de la que vendrá luego la factura, que así también llaman a la historia.

¡Sshh! ¡Atención! ¡Mirad! ¡Allá se abre la primera herida!
sub. insurgente marcos

5/1/08

Nuevo manual estadounidense de contrainsurgencia

Como expresión del grado de involucramiento de la alta burocracia académica en los esfuerzos belicistas del imperialismo estadounidense, la Universidad de Chicago publicó una edición de bolsillo del nuevo Manual de campo de contrainsurgencia.
(Gilberto López y Rivas – La Jornada) EEUU - Esta abierta complicidad de los círculos de educación superior con la maquinaria de guerra de EEUU provocó un alud de críticas de los intelectuales independientes estadounidenses, quienes con rigor analizaron el texto coordinado por el general David H. Petraeus y condenaron el vergonzoso papel jugado por las autoridades universitarias que consintieron en editar un manual destinado a la persecución, tortura y asesinato de seres humanos y a la ocupación militar de países en los “oscuros rincones del mundo” en los que EEUU pretende hacer prevalecer sus intereses. Uno de estos críticos es David Price, autor de un demoledor artículo traducido al castellano y publicado por Rebelión: “Prostitución de la antropología al servicio de las guerras del imperio”, en el que demuestra el plagio realizado –en particular en el capítulo tercero del Manual– de autores como Victor Turner, Anthony Giddens, David Newman, Susan Silbey, Kenneth Brown, Fred Plog, Daniel Bates, Max Weber, entre otros. Este capítulo, considerado central por Price, fue escrito por la antropóloga Montgomery Mcfate, quien –recordemos– es una de las más fervientes partidarias de la utilización de la ciencia antropológica en la contrainsurgencia a partir de equipos de antropólogos “empotrados” en las unidades de combate en Afganistán e Irak. Price destaca esta carencia de ética intelectual debido a que “las pretensiones de integridad académica constituyen el fundamento mismo de la estrategia promocional del Manual”, que ha sido alabado por los mercenarios intelectuales del Pentágono en los medios masivos de comunicación y en periódicos y revistas como el New York Times, Newsweek, entre otras publicaciones estadounidenses. El Manual también ha provocado una reacción de alborozo en los medios militares de otras altitudes. El general brasileño Álvaro de Souza Pinheiro, por ejemplo, lo considera “el documento doctrinario de contrainsurgencia más bien elaborado que el mundo occidental ha visto hasta hoy en día” e informa que “gran parte de los ejércitos de la OTAN ya están en proceso de reformulación de sus documentos similares, teniendo como base el reciente manual norteamericano”. (Chile Press, 02/04/2007). Seguramente que la Secretaría de la Defensa Nacional, a través del Plan México, está analizando tal novedad editorial para poner al día sus viejos manuales de guerra irregular y mejorar sus campañas contrainsurgentes en Chiapas y otros estados de la República, ahora con el auxilio de antropólogos empotrados –a la moda Mcfate– que ayuden a “comprender” a los militares las culturas de los “nativos” que se rebelan contra el orden establecido. La lectura del Manual es obligatoria para entender la mentalidad de los intelectuales de la guerra “contra el terrorismo”. El prefacio, firmado por el general Petraeus (ahora a cargo de las fuerzas expedicionarias de EEUU en Irak) y por el general James F. Amos, del tristemente célebre Cuerpo de Marinos, muestra que los militares estadounidenses se tornaron, si no marxistas, por lo menos dialécticos, pues descubren que: “El Ejército y el Cuerpo de Marinos reconocen que cada insurgencia es contextual y presenta su propio conjunto de retos”. Por ello, una campaña de contrainsurgencia requiere que “Soldados y Marinos” (así, con mayúsculas en todo el texto) “utilicen una mezcla de tareas de combate con habilidades más frecuentemente asociadas con agencias no militares… Se espera que Soldados y Marinos sean constructores de naciones lo mismo que guerreros. Ellos deben estar preparados para ayudar a restablecer instituciones y fuerzas locales de seguridad y asistir en la reconstrucción de los servicios básicos. Ellos deben de ser capaces de facilitar el establecimiento de la gobernabilidad local y el imperio de la ley. La lista de estas tareas es larga; hacerlas involucra una cooperación y coordinación con muchas agencias intergubernamentales (de EEUU), de la nación huésped y del ámbito internacional… Conducir una campaña de contrainsurgencia exitosa requiere de una fuerza flexible, adaptable, dirigida por líderes ágiles, bien informados y astutos culturalmente”.